24 octubre 2018
por Madrid Nuevo Norte
La calle Agustín de Foxá está llamada a convertirse en un eje fundamental para el norte de la capital, en torno al cual se estructurará la actividad de Madrid Nuevo Norte. Esta vía tendrá un carácter representativo y se prolongará hacia el norte, atravesando el futuro Centro de Negocios y llegando a Fuencarral.
Con una imagen decididamente urbana y con una fuerte presencia del transporte público, sus bajos comerciales estarán llenos de escaparates, comercios, servicios y restauración, y su espacio público destacará por su animación y su vida urbana.
Esta calle, en torno a la cual se desarrollará la actividad económica del norte de la capital, va a tener una característica singular que la va a distinguir: su tramo al sur de la M-30 contará con un nivel subterráneo para el acceso prioritario de autobuses interurbanos al futuro intercambiador de transportes de Chamartín, el tránsito de servicios asociados al Centro de Negocios, la carga y descarga de mercancía y mensajería, así como el acceso a los estacionamientos subterráneos tanto de oficinas como de viviendas. Esto liberará el nivel en superficie de la calle de buena parte del tráfico rodado, quedando la cota de calle para el tráfico a baja velocidad, los autobuses urbanos, las bicicletas y los peatones.
Sobrepasada la M-30 mediante un puente, en el distrito de Fuencarral, la calle se prolongará ya sólo en superficie otros 1,6 kilómetros más, hasta llegar a la M-40.
Por debajo de Agustín de Foxá circulará una nueva línea de Metro que contará con tres nuevas estaciones, una en el Centro de Negocios y dos en el tramo de Fuencarral. Estas nuevas estaciones se sumarán a otra nueva de Cercanías, al Bus Prioritario y a la red de 13 kilómetros de vías ciclistas. Todas ellas, junto al protagonismo del peatón y la racionalización del tráfico rodado, forman parte de la apuesta de Madrid Nuevo Norte por una movilidad sostenible, basada en el transporte público y los recorridos a pie y en bicicleta.
El objetivo de este ambicioso plan es darle la vuelta a la relación actual entre modos de transporte, en la que el 20% de los desplazamientos se hacen por transporte público y bici, y llegar a un 80% de desplazamientos mediante formas sostenibles de movilidad y solo un 20% por coche privado.